lunes, 26 de marzo de 2012

EJERCICIO PRÁCTICO (Publicado en "Voces de Cuenca" el 26-3-2012)

26/03/2012 - PSICOLOGÍA
Ejercicio Práctico
¿Es necesario para un ser humano ser querido y aceptado por todo el mundo? ¿Hay gente mala y despreciable que debe de recibir su merecido?
Por Francisco Javier Sánchez. Psicólogo

Esta semana, rompemos la rutina de nuestra sección y le propongo al lector la realización de un ejercicio práctico (cuya fuente/autor desvelaremos la próxima semana) y que consiste en lo siguiente:

- Frente a las 10 afirmaciones propuestas, responda con una V (si la considera verdadera) y una F (si la considera falsa).

1. Es necesario para un ser humano ser querido y aceptado por todo el mundo.
2. Uno tiene que ser muy competente y saber resolverlo todo si quiere considerarse necesario y útil.
3. Hay gente mala y despreciable que debe de recibir su merecido.
4. Es horrible que las cosas no salgan de la misma forma que a uno le gustaría.
5. La desgracia humana es debida a causas externas y la gene no tiene ninguna o muy pocas posibilidades de controlar sus disgustos y trastornos.
6. Si algo eso puede ser peligroso o atemorizante, hay que preocuparse mucho al respecto y recrearse constantemente en la posibilidad de que ocurra.
7. Es mejor evitar que hacer frente a algunas dificultades o responsabilidades personales.
8. Siempre se necesita de alguien más fuerte que uno mismo en quién poder confiar.
9. Un suceso pasado es un importante determinante de la conducta presente, porque si algo nos afectó mucho, continuará afectándonos indefinidamente.
10. Uno debe estar permanentemente preocupado por los problemas de los demás.

La próxima semana analizaremos las soluciones y razonaremos las respuestas.

Para que el ejercicio le resulte a usted útil, sería muy positivo que marcara V o F en función de “sus creencias y vivencias personales”, y no en función de lo que se supone, le dice la “la lógica” que “debe” indicar.

lunes, 19 de marzo de 2012

LA PREVENCIÓN DE RECAÍDAS: PROPUESTA TERAPÉUTICA II (Publicado en "Voces de Cuenca" el 19-3-2012)

19/03/2012 - PSICOLOGÍA
La prevención de recaídas en las adicciones: Propuesta terapéutica II
Por Fco. Javier Sánchez Martínez

Las características fundamentales del pensamiento adictivo son las siguientes:

- Se trata de un pensamiento automático, no consciente.
- Rígido (no permite excepciones a las reglas interiorizadas), insensible.
- Firmemente aprendido y practicado a menudo.
- Dicotómico (cualidad de todo o nada).
- Generalizado en exceso e ilógico.

El contenido común de los temas:

- Negación: “Las drogas no son un problema, yo no tengo un problema, yo controlo, yo cuando quiera lo dejo”.
- Las drogas son la mejor y única forma de solucionar los problemas emocionales (obtienen consecuencias positivas únicamente a corto plazo). Aquí trabajamos aprender a valorar precisamente las consecuencias positivas a medio-largo plazo de NO CONSUMIR.
- Baja tolerancia a la frustración. Es lo que Ellis llama “ansiedad por el malestar” o “alteración por el malestar”: “Esta emoción que es la ansiedad que uno siente cuando anticipa dolor, malestar o desagrado”. El adicto cree irracionalmente que dicho dolor va a ser insoportable y que no se “debe tolerar” recurriendo al consumo.
- “Cambiar es demasiado difícil, por lo tanto, uno está indefenso, carece de esperanza y es indigno”.
- Autoculpabilidad, incriminación y vergüenza por ser un adicto: Muchas veces hablan de la adicción como un vicio, se ven como personas negativas y esto les afecta duramente a la autoestima.

Si reconocemos que el proceso de recaída es un proceso circular y ascendente, vemos que las personas adictas siguen “una ruta” en su proceso de deshabituación: consumo abusivo, abstinencia, lapsus en el consumo, recaída en el consumo, etc.

La teoría de cambio de Prochaska y Diclemente (1982) nos habla de distintas etapas, cambios o estadios comunes por los que “pasa” el consumidor y que resumimos brevemente:

- Etapa precontemplación: La persona cree que no tiene problema alguno con las drogas, por lo tanto, no experimenta deseo alguno de cambiar. Sólo se fija en los aspectos positivos de la droga. El mecanismo de defensa utilizado es la negación.
- Contemplación: Esta etapa es la de la ambivalencia. Hay momentos en la entrevista en los que el paciente admite que podría tener un problema con las drogas y otras en las que se resiste a reconocerlo. Se atisba la posibilidad de cambio por parte del usuario.
- Actuación o acción: El usuario reconoce abiertamente tener un problema y se plantea metas, objetivos y modificación de su problema. Hablamos de planes y objetivos realistas a corto y largo plazo.
- Mantenimiento: Es cuando existe menor probabilidad de recaída en el paciente

Recalcar que como no se produzca una modificación tanto de las consecuencias que se obtienen con el “no consumo”, como de los valores y metas no será suficiente con rechazar drogas, porque entonces recaer sólo será cuestión de tiempo.

Cada vez que no hay una respuesta de afrontamiento eficaz frente a un deseo de consumo, disminuye la sensación de control, surge la expectativa de que el consumo tenga algún resultado positivo, se consume, surge la culpabilidad y percepción de pérdida de control como consecuencia del efecto de violación de la abstinencia (E.V.A), incrementándose por tanto la probabilidad de recaída.

En el otro extremo nos encontramos que al producirse una respuesta de afrontamiento frente al deseo de consumo, se incrementa considerablemente la sensación de control por parte del sujeto y disminuye la probabilidad de recaída. (Modelo de Marlatt y Gordon).

Por último señalar algunas señales de aviso que nos pueden indicar que nos encontramos ante factores de alto riesgo y que por tanto, pueden propiciar el inicio de un proceso de recaída:

- Actividades de ocio con personas conocidas consumidoras de drogas.
- Consumo de alcohol.
- Manejar dinero.
- Sueños relacionados con la recaída.
- Problemas sexuales y de relaciones (algunos pacientes te dicen que comenzaron a consumir cocaína para “ser mejor sexualmente”. Tremendo.
- Estados de ánimo positivos y negativos (ambos igual de peligrosos).
- Poner a prueba el control personal.
- Idealización del efecto de la droga.
- Actitudes negativas. Junto a sentimientos y estados de ánimo también negativos.

Fuentes: “Terapia racional emotiva con alcohólicos y toxicómanos”. DDB
“Manual prevención de recaídas”. País Vasco.

sábado, 17 de marzo de 2012

"La prevención de recaídas: Propuesta terapéutica I" (Publicado en "Voces de Cuenca 12-3-2012)

12/03/2012 - PSICOLOGÍA
La prevención de recaídas en las adicciones: propuesta terapéutica I
Por Fco. Javier Sánchez Martínez. Psicólogo

Si entendemos la recaída como un “proceso más o menos largo en el tiempo, que se inicia cuando se DESEQUILIBRA EL ESTILO DE VIDA ABSTINENTE y que termina con la vuelta al consumo habitual” (Plan Regional sobre Drogas. Comunidad de Madrid), nos percatamos enseguida que se puede haber iniciado un proceso de recaída, sin haberse producido todavía ningún consumo de droga.

Este aspecto es positivo, porque significa que la recaída se puede PREVEER si identificamos las situaciones antecedentes (S.A.R: situaciones de alto riesgo que aumentan la probabilidad de producir un consumo), y ponemos en marcha estrategias de afrontamiento y técnicas adecuadas para hacer frente a dicha situación (conductas de evitación, escape, control estimular, parada de pensamiento, autoinstrucciones, desmontaje de pensamientos irracionales, técnicas de autocontrol emocional, autorrefuerzo). Este trabajo posibilitará en mayor medida el mantenimiento de la abstinencia o un mayor control de la adicción. Es decir se producirá una “modificación” de la conducta “consumir drogas”.

Cuando hablamos de antecedentes nos referimos no sólo a situaciones externas, sino también a pensamientos y sentimientos o emociones que pueden influir en la conducta de consumir droga. Por ejemplo: Situaciones externas: Ver a otras personas consumiendo, Pensamientos; “si no consumo me dará algo, necesito consumir”, Sentimientos o emociones: ansiedad, enfado, frustración, rabia, nerviosismo etc.

Aparentemente con esta explicación todo debería ser sencillo de solucionar. Nada más lejos de la realidad. La deshabituación psicológica (además de la desintoxicación) suele ser un proceso tremendamente complicado, complejo y generalmente con idas y venidas.

Sabemos que la recaída nos ayuda a avanzar terapéuticamente en el proceso, porque ayuda a la persona a comprender que no tiene tanto control como se creía (“falsa sensación de control”). Profesionalmente solemos extraer muchísimas conclusiones de la misma y proponer nuevas metas u objetivos, lógicamente si el sujeto se “pone las pilas” después de dicha recaída.

Por ello, y debido al pensamiento dicotómico (blanco o negro) que tiene el drogodependiente, debemos enseñarle a “parar” (problemas control impulsos), reelaborar la idea de “haberlo perdido todo de nuevo” y poner en marcha un compromiso renovado y un plan de acción. ¿Qué te llevó a consumir? ¿Qué dificultades tuviste? ¿Qué podías haber hecho y no hiciste ante dicha situación?.

No debemos confundir nunca el “desliz” o “consumo puntual” con el proceso de recaída. Ninguno de los dos supone un fracaso terapéutico. Lo importante es aprender a manejar ese desliz puntual para que no se convierta en recaída.

Lo que hacemos en definitiva es enseñar a la persona usuaria habilidades para identificar y anticipar las situaciones de alto riesgo previas al consumo de drogas y le entrenamos en el desarrollo de estrategias conductuales y cognitivas de afrontamiento frente a dichas situaciones de alto riesgo (además de las citadas añadimos habilidades sociales: asertividad y técnicas de relajación).

La próxima semana les hablaré del pensamiento adictivo, de sus características, del Modelo Transaccional (Modelo de Prochaska y Diclemente) que nos habla de manera muy acertada de un proceso de cambio que es fundamental conocer si queremos trabajar esta apasionante pero a la vez, tremendamente complicada problemática y técnicas específicas para la prevención de la recaída.

Fuentes:
Plan Regional de Drogas. Comunidad de Madrid.
Manual Prevención de Recaídas. País Vasco.

"Flores y frases de mujeres célebres" (Aportado por Belén Plaza López)

"SÓLO UNA MUJER LO SABE" (APORTADO POR BELÉN PLAZA LÓPEZ)

viernes, 9 de marzo de 2012

"PORQUE TODOS LOS DIAS ES 8 DE MARZO" (Por Belén Plaza López)

Hola a todos.
Vivimos en una sociedad hecha por hombres.
Hasta hace muy poco el papel de la mujer, por su condición biológica, estaba limitado a cuidar de la pareja y de la prole. Se nos negaban derechos humanos básicos.
Actualmente, gracias a todas las PERSONAS: HOMBRES Y MUJERES que sintieron y denunciaron esta injusticia gozamos de las mismas oportunidades a nivel social.
Soy mujer y como tal, no siento que esto, en pleno S XXI sea así realmente.
Cierto que hemos dado un gran paso adelante pero a día de hoy, los casos de violencia de género son cada vez mayores. Pocos son los días en que no escuchemos una noticia de asesinato de una mujer a manos de su desalmada pareja. ¿Qué pasa...? pues que todo lo anteriormente comentado es un mero espejismo.
Pocos hombres admiten ser machistas, normal, está muy mal visto socialmente pues hay leyes que lo regulan.
Esta situación, en principio, es paradójica y nos habla de todo lo contrario: el hombre en sus profundidades, quizás de forma incluso inconsciente, se cree todavía superior a la mujer. Luego..... todavía existe machismo y quizás más peligroso pues no está a la luz sino oculto.

Evidentemente hombres y mujeres no somos iguales pero nos necesitamos. No es cuestión de enfrentamientos y posiciones extremas machistas o feministas, se trata simplemente de buscar un punto de encuentro en el que las PERSONAS: HOMBRES O MUJERES PODAMOS VIVIR - CONVIVIR EN ARMONÍA RESPETANDO, POR SUPUESTO, LAS DIFERENCIAS.

Y para conseguir este punto, humildemente opino, que los hombres deben hacer un esfuerzo superior a las mujeres, pues les guste más o menos, son los que tienen esquemas de género mentales muy, muy escondidos y extendidos

Desde mi condición de mujer, aprovechando que ayer se celebró internacionalmente nuestro día y con el post "PORQUE TODOS LOS DÍAS SON 8 de marzo" utilizo este fantástico espacio para que a ninguno, se nos olvide poner de nuestra parte para conseguir un mundo más igualitario, más justo y en paz.
Un fuerte abrazo y 2 aplicaciones powerpoin sobre las mujeres.

jueves, 8 de marzo de 2012

LA VIOLENCIA CONTRA LA PAREJA. Aportado por Belén Plaza López 8-3-2012

REVISTA INFOCOP.

La violencia contra la pareja constituye un problema grave y creciente, al menos en el número de denuncias. Por ello, ha habido un interés por parte de los psicólogos en establecer tipos de hombres violentos para delimitar con precisión el problema y adoptar las medidas adecuadas. Desde hace algo más de una década, el debate sobre las tipologías se ha enfocado desde dos puntos de vista. Por una parte, la clasificación de Gottman et al. (1995) propone la existencia de dos tipos de agresores: a) Tipo I: registran un descenso en su frecuencia cardiaca ante una discusión de pareja, se comportan habitualmente de forma violenta con otras personas (amigos, compañeros de trabajo, desconocidos, etc.) y suelen mostrar características antisociales y violentas, junto con dependencia al alcohol o a las drogas; y b) Tipo II: ante una discusión de pareja presentan un aumento de su frecuencia cardiaca (respuesta habitual en la mayoría de las personas), suelen mostrar características pasivo-agresivas, ira crónica y un estilo de apego inseguro, así como algunos trastornos de personalidad (especialmente, por evitación y límite). En el primer caso, se ejerce una violencia instrumental, la conducta agresiva es planificada y no suele generar sentimientos de culpa. En el segundo, por el contrario, se trata de una violencia impulsiva, caracterizada por una conducta modulada por la ira y que refleja dificultades en el control de los impulsos o en la expresión de los afectos.
Por otra parte, el grupo de Holtzworth-Munroe (1994, 2004) establece tres tipos de agresores contra la pareja:
a) Limitados al ámbito familiar, que centran su violencia en la pareja e hijos y constituyen la mayoría (entre el 35% y el 50%), con una violencia de menor frecuencia y gravedad que en los grupos restantes y sin que haya alteraciones psicopatológicas. Después de un episodio violento suelen arrepentirse y reprueban el uso de la violencia.
b) Borderline/disfóricos (o impulsivos): representan el 15%-25% de los agresores y habitualmente maltratan física, psicológica y sexualmente, con una violencia de intensidad media o alta que, generalmente, va dirigida contra su pareja y otros miembros de la familia. Asimismo, son frecuentes en ellos ciertas características tales como impulsividad, inestabilidad emocional, cambios rápidos de humor e irascibilidad que suelen encajar con el trastorno límite de la personalidad.
c) Violentos en general/antisociales (o instrumentales): suponen entre el 16% y el 25% de los agresores. Hacen un uso instrumental de la violencia física y psicológica, que se extiende más allá del ámbito familiar, para conseguir lo que desean y superar sus frustraciones. Su violencia es de mayor frecuencia e intensidad que la de los grupos anteriores. Son muy característicos el narcisismo y la manipulación psicopática y menos los problemas relacionados con el control de la ira. También es más probable que consuman abusivamente alcohol y drogas y que tengan o hayan tenido problemas legales por sus conductas antisociales.
Estudios más recientes han identificado nuevos subtipos de agresores, como por ejemplo, el antisocial de bajo nivel, o bien se han centrado en otras variables de clasificación, tales como las características psicopatológicas y de personalidad, las etapas y procesos de cambio vinculados a la motivación para el tratamiento, los problemas con el control de la ira, etc.
La identificación de tipologías de agresores, junto con el análisis de otras características intrapersonales del agresor y del contexto, permitirá diseñar el tratamiento más adecuado según las necesidades de cada caso, pudiéndose de este modo mejorar los resultados terapéuticos. Tentativamente se han dado algunas indicaciones terapéuticas en función de las diferentes tipologías:
• Para los agresores cuya violencia se limita al ámbito familiar y es de baja frecuencia y gravedad, se pueden abordar estrategias para el control de la ira, así como para la modificación de las ideas distorsionadas sobre la mujer y la violencia; en otros casos, podría ser conveniente la terapia de pareja cuando la violencia sea claramente bidireccional y ambos miembros de la pareja estén de acuerdo en ello.
• En agresores borderline habría que centrar la intervención, además de en las distorsiones sobre la mujer y sobre el uso de la violencia, en la regulación de la ira, los celos y la dependencia emocional. En estos casos, estaría contraindicada la terapia de pareja y habría que prestar atención al resto de psicopatología presente (estado de ánimo depresivo, TLP, consumo abusivo de alcohol y de drogas).
• Para aquellos agresores con características antisociales, que ejercen una violencia de mayor gravedad y presentan abuso de alcohol o drogas, junto a problemas legales, se recomiendan tratamientos cognitivo-conductuales centrados en cambiar las contingencias de su conducta violenta e intervenciones psicosociales muy directivas, con equipos profesionales amplios y, en ocasiones, en contextos institucionales. Ciertamente este último grupo supone un gran reto para nuestra sociedad y para los profesionales, dado que es el menos receptivo a los tratamientos psicosociales y el que presenta una mayor tasa de rechazos y de abandonos del tratamiento, lo que hace más probable su reincidencia.
Finalmente, algunas de las líneas de investigación más prometedoras son las siguientes: a) examinar la respuesta de diferentes subtipos de hombres violentos a distintos programas de tratamiento y en diferentes contextos; b) analizar la efectividad de diversos tratamientos según la fuente de derivación a tratamiento (voluntariamente versus obligados judicialmente); y c) evaluar la necesidad de intervenciones más amplias mediante programas de tratamiento multicomponentes para aquellos agresores con diversos problemas psicopatológicos (por ejemplo, dependencia al alcohol y drogas, trastornos de personalidad, etc.).
Referencias:
Gottman, J.M., Jacobson, N.S., Rushe, R.H., Shortt, J.W., Babcock, J., La Taillade, J.J. y Waltz, J. (1995). The relationship between heart rate reactivity, emotionally aggressive behavior, and general violence in batterers. Journal of Family Psychology, 9, 227-248.
Holtzworth-Munroe, A. y Meehan, J. C. (2004). Typologies of men who are maritally violent: Scientific and clinical implications. Journal of Interpersonal Violence, 19, 1369-1389.
Holtzworth-Munroe, A. y Stuart, G.L. (1994). Typologies of male batterers: Three subtypes and the differences among them. Psychological Bulletin, 116, 476-497.
El artículo original puede encontrarse en la revista International Journal of Clinical and Health Psychology:
Amor, P.J., Echeburúa, E. y Loinaz, I. (2009). ¿Se puede establecer una clasificación tipológica de hombres violentos contra su pareja? International Journal of Clinical and Health Psychology, 9, 519-539.
Sobre los autores:

Pedro J. Amor. Es doctor en Psicología por la Universidad del País Vasco. Desde el año 2001 imparte docencia en la Facultad de Psicología de la UNED. Sus líneas actuales de investigación se centran fundamentalmente en la violencia de pareja, en el juego patológico y en la regulación emocional.
Enrique Echeburúa. Es Catedrático de Psicología Clínica en la Universidad del País Vasco. Autor de numerosos libros en el ámbito de la Psicología Clínica y de más de 300 trabajos en libros y revistas científicas, sus líneas actuales de investigación se centran en la violencia de pareja, en el trastorno de estrés postraumático, en las agresiones sexuales y en el juego patológico. Asimismo ha sido galardonado con los premios Cinteco y Rafael Burgaleta (Colegio Oficial de Psicólogos) de investigación científica.
Ismael Loinaz. Es Psicólogo y Criminólogo. Ha obtenido el DEA en el Departamento de Psiquiatría y Medicina Legal de la Universidad Autónoma de Barcelona y prepara su tesis doctoral en la Universidad del País Vasco sobre tipologías de agresores y su implicación en el tratamiento. Desde el año 2008 investiga sobre la clasificación tipológica en el Centro Penitenciario Brians-2.

lunes, 5 de marzo de 2012

"EDUCAR LA VOLUNTAD Y LA PACIENCIA" (Publicado en "Voces de Cuenca" el 5-3-2012)

05/03/2012 - PSICOLOGÍA
Educar la voluntad y la paciencia
“Educar la paciencia y la voluntad requiere un proceso, requiere aprender a esperar, controlar el deseo instantáneo y pensar en el logro posterior y mejor que obtendremos como premio”.
Por Francisco Javier Sánchez. Psicólogo

Evitaríamos muchos problemas posteriores en todas las áreas de nuestras vidas, si desde un principio se nos dieran unas pautas educativas básicas para lograr controlar y manejar tanto nuestra voluntad como nuestra paciencia. Los placeres inmediatos pueden “difuminarse” con la misma velocidad con la que los hemos conseguido.

En uno de los artículos publicados con anterioridad en este mismo espacio, hablábamos de la situación actual de nuestra sociedad, de sus comportamientos y de la forma de educar a nuestros hijos. Afirmábamos que estamos en una etapa en la que prima “el aquí y el ahora” y que la escasez de tiempo con la que contamos en el día a día nos había llevado a valorar “en exceso” (desde mi punto de vista) el paso incuestionable del tiempo, asociando en demasiadas ocasiones deseo con realización inmediata del mismo.

Freud afirmaba que los sueños eran realización de deseos que no podíamos cumplir durante la vida consciente (entre otros aspectos). Y pregunto al lector: ¿Sería siempre positivo que cumpliéramos todos esos sueños que nos invaden mientras dormimos?: Pienso que a corto plazo sería magnífico, pero no a medio-largo plazo. Motivo: no podríamos desarrollarnos plenamente como personas ,ni aprenderíamos o no tendríamos que aprender absolutamente nada. Sería una vida excesivamente aburrida que nos impediría prosperar y mejorar en todas las áreas de nuestra vida.

Obsesionados con este aspecto buscamos la felicidad inmediata, lo instantáneo. Si no conseguimos esto o aquello, solemos sentirnos tremendamente frustrados, lo que nos indica que nuestra tolerancia al sufrimiento en muchos casos es escasa o nula. Aparece la sensación de indefensión y podemos sucumbir a una espiral poco aconsejable. El control de nuestras emociones sería deficiente o inadecuado y por tanto nuestras conductas también lo serían en elevadas ocasiones.

Desde mi modesto punto de vista estos aspectos están relacionados con la pérdida de valores tan necesarios como la constancia, la perseverancia, la lucha y el esfuerzo por conseguir determinadas metas.

Me parece perfecto que en las escuelas se imparta educación sexual, pero pregunto: ¿No sería igual de adecuado educar en educación afectiva?. Sabemos que el manejo adecuado de las emociones implica consecuencias positivas para el individuo (a la hora de expresarlas, manejarlas, controlarlas). ¿Porqué no se cuida y se “trabaja” la parte emocional de las personas desde un principio?.

Recuerdo que en una ocasión un preso me vio tremendamente agobiado porque teníamos que realizar un taller en la prisión y llegábamos tarde al aula para comenzar a impartirlo. Esa misma persona me dijo algo que difícilmente olvidaré nunca: “Javier, tienes que educar tu paciencia. Es una de las cosas más importantes que aprendemos estando en la cárcel”. Que frase tan sabia y tan genial. Paré de repente mis prisas me relajé y comprobé por mi mismo que comenzar ese taller con 10 minutos retraso no supondría ninguna “trágica situación irreversible”.

Educar la paciencia y la voluntad requiere un proceso, requiere aprender a esperar, controlar el deseo instantáneo y pensar en el logro posterior y mejor que obtendremos como premio. Así educamos estos aspectos. Al final hablamos de un proceso de madurez personal en el que la persona se vuelve más reflexiva y aprende valorar todos los flancos. En el otro lado encontramos al adolescente que es tremendamente impulsivo y responde a todo lo que afirmábamos al principio.